Desde el año 2014 se ha detectado la circulación autóctona de virus Zika (ZIKV) en las Américas. En efecto, en febrero de 2014 las autoridades de salud pública de Chile confirmaron el primer caso de transmisión autóctona de infección por virus Zika en la isla de Pascua (Chile). La presencia del virus se reportó hasta junio de ese mismo año. Posteriormente, en mayo de 2015, las autoridades de salud pública de Brasil confirmaron la transmisión autóctona de virus Zika en el nordeste del país. Hasta octubre de este año, 14 estados confirmaron transmisión autóctona del virus: Alagoas, Bahía, Ceará, Maranhão, Mato Grosso, Pará, Paraíba, Paraná, Pernambuco, Piauí, Rio de Janeiro, Rio Grande do Norte, Roraima y São Paulo. Recientemente las autoridades de salud de Colombia notificaron la detección del primer caso autóctono de infección por Zika virus en el estado de Bolívar.
Los últimos brotes de fiebre por ZIKA en distintas regiones del mundo, demuestran la potencialidad de este arbovirus para propagarse por los territorios en los que existen vectores para este virus (Aedes).
Recomendaciones Considerando la expansión de la transmisión en la Región de las Américas y tomando en cuenta que el mosquito transmisor de la enfermedad está presente en varios países de la Región, la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la salud (OPS/OMS)actualiza las recomendaciones relacionadas a la vigilancia, refuerza las recomendaciones previas emitidas sobre enfermedades transmitidas por el mismo vector, y urge a los Estados Miembros en los que circula el mosquito Aedes a que continúen con sus esfuerzos para implementar una estrategia efectiva de comunicación con la población para reducir la densidad del vector. A continuación se detallan las recomendaciones relacionadas con la vigilancia (actualizadas), el manejo clínico y las medidas de prevención y control, que serán revisadas y actualizadas según se conozcan evidencias nuevas sobre la enfermedad.
Vigilancia
La vigilancia de fiebre por virus Zika debe desarrollarse a partir de la vigilancia existente para el dengue y chikungunya, teniendo en cuenta las diferencias en la presentación clínica. Según corresponda a la situación epidemiológica del país, la vigilancia debe estar orientada a detectar la introducción del virus Zika en un área, monitorear la dispersión de la fiebre por virus Zika una vez introducida y vigilar la aparición de complicaciones neurológicas y autoinmunes. En aquellos países sin casos autóctonos de infección por virus Zika se recomienda:
- Fortalecer la vigilancia basada en eventos a fin de detectar los primeros casos. En base a la experiencia de Brasil y Colombia, habrá que estar atentos a la aparición de conglomerados de enfermedad febril exantemática de causa desconocida (en la que se ha descartado infección por dengue, chikungunya, sarampión, rubeola, parvovirus B19) y realizar pruebas para la detección de virus Zika.
Se debe tener en cuenta la posible reactividad cruzada con el dengue en las pruebas serológicas, sobre todo si ha habido infección previa por dengue. La detección temprana permitirá la identificación de las cepas virales circulantes, la caracterización adecuada del brote y la implementación de una respuesta proporcionada.
En aquellos países con casos autóctonos de infección por virus Zika, se recomienda:
- Vigilar la tendencia temporal y la diseminación geográfica del virus para detectar la introducción en nuevas área
- Monitorear la aparición de complicaciones neurológicas y autoinmunes, así como el impacto en salud pública
- Identificar factores de riesgo asociados a la infección por virus Zika, y cuando exista la capacidad
- Identificar los linajes del virus Zika circulantes.
Estos esfuerzos proporcionarán la base para desarrollar y mantener medidas de control efectivas. Una vez documentada la introducción del virus, se deberá mantener la vigilancia continua para monitorizar los cambios epidemiológicos y entomológicos que puedan afectar a la transmisión del virus Zika. Todo cambio detectado mediante la vigilancia debe ser rápidamente comunicado a las autoridades nacionales de prevención y control para garantizar la adopción oportuna de las medidas pertinentes.
A continuación se presenta la definición de caso para la infección por virus Zika:
Caso sospechoso:
Paciente que presenta exantema o elevación de temperatura corporal axilar (>37,2 ºC) y uno o más de los siguientes síntomas (que no se explican por otras condiciones médicas):
-Artralgias o mialgias
-Conjuntivitis no purulenta o hiperemia conjuntival
-Cefalea o malestar general
Caso confirmado:
Caso sospechoso con pruebas de laboratorio positivas para la detección específica de virus Zika
Manejo clínico
No existe un tratamiento antiviral específico para la infección por virus Zika. Se recomienda el tratamiento sintomático tras excluir enfermedades más graves tales como la malaria, el dengue o infecciones bacterianas.
Es importante diferenciar la infección por virus Zika de la producida por el dengue, debido a la posible evolución de este último hacia formas más severas de la enfermedad. Pueden darse casos de co-infección por virus Zika y dengue en el mismo paciente. En comparación con el dengue, la infección por virus Zika ocasiona una clínica más leve, el inicio de la fiebre es más agudo y su duración más corta; y no se han observado casos de choque o hemorragia grave.
Dado que los brotes por virus Zika podrían ocasionar una carga adicional en todos los niveles del sistema de atención sanitaria, es necesario desarrollar e implementar protocolos y planes bien establecidos de cribado y atención a los pacientes.
Tratamiento
- No hay vacuna ni tratamiento específico para la fiebre por virus Zika. Por ello el tratamiento se dirige al alivio de los síntomas.
- El tratamiento sintomático y de soporte incluye reposo y el uso de acetaminofén o paracetamol para el alivio de la fiebre. También se pueden administrar antihistamínicos para controlar el prurito asociado habitualmente a la erupción maculopapular.
- No se aconseja el uso de aspirina debido al riesgo de sangrado y el riesgo de desarrollar síndrome de Reye en niños menores de 12 años de edad. Tampoco se aconseja el uso de otros antiinflamatorios no esteroideos, por si la causa del cuadro clínico fuera dengue o chiikungunya (patologías en las que está contraindicado el uso de AINES).
- Se debe aconsejar a los pacientes ingerir abundantes cantidades de líquidos para reponer la depleción por sudoración, vómitos y otras pérdidas insensibles.
Aislamiento de los pacientes
Para evitar la transmisión a otras personas debe evitarse el contacto del paciente infectado por el virus Zika con mosquitos del género Aedes, al menos durante la primera semana de la enfermedad (fase virémica). Se recomienda la utilización de mosquiteros que pueden o no ser impregnados con insecticida o permanecer en un lugar protegido con mallas antimosquitos. El personal sanitario que atienda a pacientes infectados por virus Zika debe protegerse de las picaduras utilizando repelentes (IR3535 o Icaridina), así como vistiendo manga y pantalón largos.
Medidas de prevención y control
Dentro de las medidas de prevención y control, aquellas que están orientadas a la reducción de la densidad del vector son fundamentales, y si son efectivas, pueden lograr detener la transmisión.
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