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miércoles, 11 de noviembre de 2015

Hepatitis C

La hepatitis C es una inflamación hepática que se produce por la infección por el virus de la hepatitis C (VHC). La notificación de pacientes con hepatitis C es obligatoria según la legislación española.

La transmisión de la infección por hepatitis C se produce, principalmente, a través de la sangre: es la principal causa de hepatitis viral más como consecuencia de transfusiones de sangre. El patógeno causal puede transmitirse a través de otros fluidos corporales, como el semen y la leche materna, pero esto ocurre muy raramente.

Después del contagio con el virus de la hepatitis C, la infección puede pasar desapercibida (hepatitis asintomática) o provocar síntomas leves inespecíficos similares a los de una ligera gripe. En algunos casos, sin embargo, después de un período de incubación de 2 a 24 semanas, surge una hepatitis aguda C, y entonces aparecen síntomas como diarrea, malestar general, dolor de cabeza, dolor corporal, pérdida de apetito, y a veces ictericia. En alrededor del 30% de las personas infectadas la hepatitis C es leve, y se cura después de la fase aguda de la enfermedad sin daño permanente. Sin embargo, la mayoría de las infecciones terminan siendo crónicas (80%). Es el virus hepatropo que cronifica con mayor frecuencia.


Últimos avances en hepatitis C

Se estima que tan solo la mitad de los afectados por hepatitis C está diagnosticado, por lo que se la considera la epidemia silenciosa.

La hepatitis C crónica inicialmente suele pasar desapercibida, por lo que muchas personas no saben que están infectadas. Dado que una hepatitis C crónica y prolongada puede provocar daño hepático, como cirrosis o cáncer de hígado, es importante detectar la enfermedad: solo así se pueden tomar medidas terapéuticas para detener el daño progresivo del hígado. Con un simple análisis de sangre se puede determinar si hay una infección por hepatitis C o no.

Para el tratamiento de la hepatitis C se utilizan el interferón alfa-2a y agentes especiales contra los virus (llamados anti-virales). Dado que no hay todavía ninguna vacuna eficaz contra la hepatitis C, se deben adoptar las recomendaciones universales de precaución para prevenir la infección por el virus de la hepatitis C

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