Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) pueden desencadenar úlceras genitales causadas por sífilis, herpes y menos frecuente por donovanosis. Sin embargo la secreción genital apunta al gonococo. El prurito apunta a infecciones por helmintos mostrando dermatitis por cercanía y presencia de larva cutánea, loiasis, micosis superficial e incluso VIHS.
Otro síndrome cutáneo puede ser la presencia de petequias o equimosis en patologías como el dengue, fiebre amarilla, fiebres virales hemorrágicas, malaria, meningococemia o rickettsiosis.Esta última patología se asocia también con la aparición de escaras, igual que la peste bubónica, ántrax o tularemia.
Común es también
la aparición de lesiones sobreelevadas como pueden ser pápulas
escamosas en forma de psoriasis y micosis superficiales. También
lesiones vesiculares mediante herpes, o fotodermatitis, y verrugas o
lesiones vegetantes a causa de tuberculosis, pinta, leshmaniasis o
histoplasmosis.
En cuanto a la
alteración de la pigmentación podemos encontrar hipopigmentación a
causa de lepra, tiña o sífilis, e hiperpigmentación por
esquistosomiasis, eritrasma o loisis.
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