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domingo, 25 de octubre de 2015

Neumonía (Parte 2)

En esta entrada continuamos hablando sobre la neumonía, ahora trataremos sus síntomas y su tratamiento.

Síntomas:

Los síntomas más comunes de neumonía son:

  • Tos (con algunas neumonías se puede expectorar mucosidad amarillenta o verdosa o incluso  moco con sangre)
  • Fiebre que puede ser leve o alta
  • Escalofríos con temblores
  • Dificultad para respirar (puede unicamente ocurrir cuando sube escaleras o se esfuerza).
Otros síntomas abarcan:
  • Confusión, especialmente en personas de mayor edad.
  • Sudoración excesiva y piel pegajosa
  • Dolor de cabeza
  • Inapetencia, baja energía y fatiga
  • Malestar
  • Dolor torácico agudo o punzante que empeora con respiración profunda o tos.
  • Síndrome de la uña blanca o leuconiquia.
Tratamiento:

El médico debe decidir primero necesita ingresar en el hospital.
El tratamiento hospitalario será:
  • líquidos y antibióticos por vía intravenosa.
  • oxigenoterpia
  • tratamientos respiratorios (posiblemente)
  • Es muy importante que los antibióticos se empiecen poco después de ingresar al hospital.
  •  Si es una neumonía viral, no se prescribirán antibióticos, porque estos no destruyen los virus. 
Tiene mayor probabilidad de ingreso:
  • Si hay otro problema de salud serio
  • Si tiene síntomas muy graves
  • Si es incapaz de cuidar de sí mismo en casa o es incapaz de comer o beber
  • Si es mayor de 65 años.
  • Si ha estado tomando antibióticos en casa y no está mejorando
Muchas personas pueden tratarse en casa. De ser así, el médico puede pedirle que tome antibióticos. Al tomar antibióticos:
  • No pase por alto ninguna dosis. Tome el medicamento hasta que se acabe, aún cuando usted empiece a sentirse mejor.
  • No tome antitusígenos ni medicamentos para el resfriado a menos que el médico lo autorice. La tos ayuda al cuerpo a librarse de la flema de los pulmones.
Respirar aire caliente y húmedo ayuda a aflojar el moco pegajoso que puede hacerlo sentir como si estuviera ahogado. Estas medidas pueden ayudar:
  • Póngase un pedazo de tela caliente y húmeda sobre neriz y boca sin hacer presión.
  • Llene un humidificador con agua caliente e inhale el vapor caliente.
  • Tome un par de respiraciones profundas dos o tres veces cada hora. Las respiraciones profundas ayudarán a abrir los pulmones.
  • Dese golpecitos suavemente en el pecho unas cuantas veces al día, mientras está acostados con la cabeza más baja que el pecho. Esto le ayuda a sacar la flema de los pulmones para que usted la pueda expectorar.
Tome bastantes líquidos:
  • Beba agua, zumo o té claro.
  • Bebe al menos de 6 a diez tazas por día.
  • No tome alcohol.

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