La candidiasis es una infección micótica que se manifiesta en la piel o en las mucosas en forma de pequeñas lesiones o úlceras. Esta infección está causada por un hongo del género Cándida. Si afecta a varios tejidos u órganos al mismo tiempo, estamos ante una candidiasis sistémica.
Hay varios hongos Cándidas que pueden ser responsables de las aftas y de la candidiasis sistémica, sobre todo el tipo Candida albicans asentado frecuentemente sobre piel o mucosas sanas. En determinadas circunstancias, por ejemplo, en caso de sistema inmunitario debilitado, en caso de diabetes mellitus, en el embarazo o tras la ingesta de antibióticos o cortisona, las levaduras pueden reproducirse masivamente y provocar una infección.
El afta se manifiesta típicamente por ulceritas blancas o amarillas en las mucosas afectadas. La candidiasis sistémica, donde el germen patógeno está extendido por todo el cuerpo, puede provocar síntomas graves en diferentes partes del cuerpo como infecciones de pulmon, riñones, retina, cerebro o válvulas cardiacas hasta una sepsis por cándidas.
Una candidiasis puede diagnosticarse con la identificación del hongo responsable de la enfermedad. Esto sucede bien mediante un frotis de la piel o mucosa afectadas, como en el caso del afta, que posteriormente el facultativo examina microscópicamente, o bien por cultivo del agente patógeno del tejido afectado o de la sangre. El tratamiento de la candidiasis consiste en la administración de antimicóticos (antifúngicos).
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